jueves, 3 de septiembre de 2015

PISAS CON PRISA

A veces, tengo la suerte de poder pararme en medio de tanta prisa desafiando todas las señales que invitan a correr.
-Es cuando me descubro dentro de esa típica escena en la que tu estás quieta y todo alrededor vuela-

Y reto al tiempo cuando observo como, desde bien temprano,
corremos, corremos sin levantar la cabeza de los pies,
inmersos en el ritmo apresurado de los que van por delante nuestro,
tratando de alcanzarlos, adelantarlos y hacer constar que nuestra prisa es mayor. 

Corremos por llegar a los lugares, cuando son los únicos que no se moverán.
Corremos por robar unos minutos al tiempo 
Corremos por un email sin contestar 
Corremos por irnos antes...
Corremos por sentirnos importantes,
Imprescindibles para no se bien qué,...

Cuando la verdad es que allí nadie (ni tú mismo) te agradecerá el esfuerzo 
de correr para que no se te cerraran las puertas del metro,
de empujar en las escaleras mecánicas para poder subir deprisa,
de atragantarte con el último trago del café,
de encender el ordenador el primero... 
no, no llegará ni una palabra de aliento por haberte donado a fondo perdido.

La prisa nos sale ya de las entrañas.
El reloj nos marca los minutos de café, de reuniones, de lectura, 
de compañía, de amor, de soledad,... Todo métricamente medido.
El reloj que, cuando así avanza, nos estanca. 

Y, en estos momentos que me regala el azar,
Me descubro mirando a los que corren y empujan, 
buscando cruzar una mirada o una sonrisa,
desafiando a las leyes matutinas con descaro.

Me hago consciente de los pies, que avanzan hacia adelante (para atrás, ¿para qué? #)
De los olores, del amanecer de Madrid. De mí misma. De respirar. 
De que cada latido es un regalo y una invitación (sin posibilidad de rechazo) a no dejarme arrastrar tan a menudo
y volver a "parar" así el tiempo siempre que quiera.


Firmo, firmo por días #Sinprisas y así de #freakies 

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